“Soy un romántico en un mundo sin romanticismo”, así se presentó Jacques Monory, uno de los fundadores de la Figuración Narrativa. Según Alain Jouffroy, Jacques Monory, a quien describe como "un individualista revolucionario", es un "pintor de historia que rechaza la Historia".
Sobre todo pintor, cineasta, escritor, fotógrafo, crea imágenes mentales que cuestionan el lugar del ser humano en el paisaje contemporáneo. Jacques Monory provoca shocks visuales, “imágenes incurables”, como él las definió. Inmediatamente identificables, gracias al uso de un azul mezclado con un pequeño toque de gris (este azul proviene de su proveedor de color, "Monory Blue"), desde sus primeras obras, saturadas de imágenes en parte tomadas del cine, hasta la novela negra, la Las noticias o las catástrofes, difunden una perversidad maligna, una distancia inquietante. "Un artista debe vivir al borde de la catástrofe", afirmó.
Estas enigmáticas obras, entre un sueño y una pesadilla, son una meditación fría y sentimental, que sin duda resuenan con la atmósfera de su infancia en Montmartre.
“Parece que tengo cierta fascinación por la violencia. Si disparo, en realidad lo hago contra mí mismo, si no contra mí mismo, creo que contra mi miedo. Eso es todo, me temo, así que disparo. Empecé a pintar revólveres... Y salí de esta época, que me traía demasiada soledad, a través de la violencia expresada por el revólver. Las primeras pinturas que me sacaron de ese estado prehistórico en el que me encontraba fueron los revólveres, utilicé la imagen del revólver. Sabemos todo lo que puede simbolizar el revólver. Y es más, hay algo muy mágico en el revólver, es poder dar en el blanco a larga distancia, es disparar con precisión.

Hay algo muy mágico en poder estar en conexión con algo que está lejos de ti. Y tener poder sobre esto que está lejos de ti tiene algo fascinante. Los objetos en sí son fascinantes... Creo que somos violentos cuando tenemos ideas muy simples. Cuando vemos el mundo de una manera bastante sencilla. Entonces podemos ser bastante violentos. En cuanto lo percibimos como muy complejo y complicado, ya es más difícil ser violento. Por ejemplo, creo recordar que cuando era pequeña tenía verdadera violencia, porque tenía la sensación de que todos estaban hechos de una determinada manera, que yo no tenía nada que hacer, que yo estaba allí para utilizarla. que tuve que arreglarme. Como estaba en un ambiente que no era favorable desde el punto de vista de las posibilidades intelectuales, ni de las posibilidades materiales, rápidamente sentí que realmente tenía que ser muy violento para sobrevivir. Y eso lo tuve muy claro. No sabía que iba a pintar y eso obviamente me quitó la violencia. Pero sabía en cualquier caso que tenía una relación violenta con la vida, lo sabía muy bien. Y luego, se apagó un poco porque la vida no es una sola pieza, no todo es horrible. Si todo fuera horrible, sería muy sencillo.» Archivo Ina, Francia Cultura, 1976
“Hay que luchar con la vida. Si no luchamos, será catastrófico”, dijo Jacques Monory en una entrevista.